Neb Kovacevic, CEO de kiban, narra cómo ha logrado sostener exitosamente a su startup a lo largo de más de una década sin una sola ronda de inversión. ¿Quieres conocer el secreto? Sigue leyendo.
Por Neb Kovacevic
Cuando Alex Grin, CTO de kiban y mi socio y amigo, y yo iniciamos este proyecto, la decisión de sostenernos a través del bootstrapping fue muy orgánica: para empezar, en aquellos años (2008) en México no había posibilidad de buscar rondas de inversión. En esos días, mi deseo de emprender iba de la mano con mi gran pasión por las ventas y la prospección. Para construir kiban, me di a la tarea de conocer a mis clientes en persona. Mi interés era tal que visité diversas comunidades remotas en México para establecer un contacto directo. Hacer este esfuerzo resultó invaluable porque sólo así conocí de primera mano cuáles eran los problemas y necesidades de quienes más tarde se convertirían en mis clientes.
Bootstrapping: un camino de libertad y responsabilidad
El conocimiento que adquirí sobre mis prospectos fue tan profundo, que el servicio que creamos (klin, con Nkonect) fue bien aceptado y el negocio marchó sin problemas, lo cual nos permitió mantenernos sin buscar ayuda. De este modo, el bootstrapping surgió como una alternativa natural, fue casi una consecuencia del periodo previo de trabajo con los prospectos.
Hoy estamos en otro sitio, sin embargo, seguimos eligiendo el bootstrapping como camino por muchos motivos: tanto Alex como yo deseamos poder decidir qué rumbo tomar, qué estrategia utilizar; ninguno de los dos quiere sentirse obligado a actuar de una manera determinada a cambio de crecimiento exponencial inmediato. No es que no queramos crecer, pero los años nos ayudaron a entender que a veces el tiempo es indispensable para desarrollar un buen producto. Una muestra de ello es lo que vivimos hoy en día en la empresa: sólo respetando los procesos logramos reinventarnos y lanzar kiban cloud.
Un negocio que se pueda disfrutar
Otro de los motivos por los que Alex y yo decidimos seguir este camino es nuestro amor por este proyecto. No queremos ser una máquina de hacer dinero a la que no le importan sus colaboradores. Nuestro sueño siempre ha sido mantener un lugar de trabajo en el que nos guste desarrollarnos, que nuestros colaboradores sean felices trabajando en nuestra compañía y que juntos podamos experimentar logros y disfrutar la vida. Obviamente ganar dinero es uno de nuestros objetivos, pero no nos levantamos en la mañana pensando que ésa es la meta. Lo que más deseamos es que esta aventura extraordinaria siga viva y ayude a otros a alcanzar sus sueños también. Ésa fue y sigue siendo nuestra verdadera motivación.
Los emprendedores que no saben qué camino seguir podrían optar por el bootstrapping si se enfocan en productos o servicios que tengan posibilidad de conversión a una venta inmediata.